Examen de Abdomen
Conceptos generales
Desde el punto de vista del
examen del abdomen, conviene tener presente las estructuras que están
contenidas en él y la forma de reconocerlas: su ubicación, tamaño y las
alteraciones que pueden presentar.
En el abdomen se ubica gran parte del sistema
digestivo, incluyendo el tubo digestivo, hígado, vesícula, páncreas; los
riñones y estructuras urológicas; las glándulas suprarrenales, el bazo; y en la
mujer, su sistema reproductivo, incluyendo ovarios, trompas y útero. Cada una
de estas estructuras tiene una ubicación y tamaño, desempeña funciones y es
fuente de alteraciones y enfermedades. El detalle conviene revisarlo en textos
de anatomía y fisiopatología.
En tiempos fríos, es necesario cuidar que las manos
y el estetoscopio estén templados de modo que el paciente no tenga sobresaltos.
Puede ser necesario lavarse las manos con agua caliente, frotárselas, o
comenzar el examen palpando sobre la camisa del paciente hasta sentir las manos
más tibias y entonces descubrir el abdomen. En personas que sufren de
cosquillas conviene mover las manos lentamente, evitando movimientos bruscos e
inesperados; al principio el examinador podría colocar su mano sobre la del
paciente y comenzar a examinar de esta forma, y después de unos instantes pasar
al examen directo.
Las zonas en las cuales puede haber dolor conviene
examinarlas al final.
Inspección
Interesa ver la forma del abdomen, si existen zonas
solevantadas bajo las cuales pueda haber un proceso expansivo, los movimientos
respiratorios, si existen cicatrices o hernias. También puede ser importante
fijarse en la presencia de manchas o lesiones de la piel, en la distribución
del vello, o si existe circulación colateral anormal.
Los movimientos respiratorios se aprecian en la
parte alta del abdomen. Lo normal es que con la inspiración se produzca un
abombamiento de esta zona debido al descenso del diafragma que presiona y
empuja las vísceras. En casos de insuficiencia respiratoria o parálisis
diafragmática, en vez de un abombamiento puede ocurrir una depresión si el
diafragma es arrastrado hacia arriba por la presión negativa que se genera
dentro del tórax (respiración paradojal). En la parte alta del abdomen se puede
observar, especialmente en personas delgada, un latido transmitido desde la
aorta descendente.
En personas muy delgadas es posible ver movimientos
peristálticos de asas intestinales. Esto es más evidente cuando existe una
obstrucción intestinal aguda que se asocia a distensión del intestino y aumento
del peristaltismo.
Auscultación
Lo que se trata de auscultar son ruidos que derivan
de la movilidad del intestino y posibles soplos vasculares. Se efectúa antes de
la percusión y la palpación ya que éstas pueden alterar los ruidos intestinales ruidos
hidroaéreos. La auscultación debe ser metódica y cubrir los
distintos cuadrantes del abdomen.
Percusión
Normalmente al percutir el abdomen se escuchan
ruidos sonoros que reflejan el contenido de aire en el tubo digestivo.
Frente a un abdomen distendido, la percusión puede
ayudar a diferenciar si la distensión es por acumulación de gas (meteorismo),
líquido en el peritoneo (ascitis), o un aumento de volumen anormal (tumor,
globo vesical, útero miomatoso, etc.).
Si el problema es acumulación de gas, se escucha
una híper sonoridad o un timpanismo.
Palpación
Se comienza efectuando una palpación
superficial mediante la cual se buscan puntos dolorosos y se
evalúa si la pared abdominal es depresible. Cuando existe resistencia muscular,
puede ser voluntaria o involuntaria. En el primer caso puede deberse a tensión
nerviosa, temor a sentir dolor, frío o cosquillas. Es necesario tranquilizar al
paciente y solicitarle que se relaje. El examinador debe poner su antebrazo y
mano en posición horizontal, y los dedos van examinando ejerciendo una presión
suave y uniforme. Se recorre el abdomen en todos sus cuadrantes teniendo
presente qué se puede llegar a palpar en cada sector de acuerdo a la anatomía
normal. Cuando existe resistencia muscular involuntaria el abdomen se encuentra
rígido, poco depresible. La rigidez puede ser difusa (.Ej.: peritonitis
generalizada) o localizada (.Ej.: apendicitis aguda contenida). Algunos cuadros
neurológicos impiden al paciente relajar bien su abdomen (p.ej.: tétanos,
demencia).